¡¡LEVÁNTATE!!

¡Sí!, ¡cierto!, que igual nos lo merecemos, que la estupidez humana no tiene límites, que el ser humano es la única especie que tropieza dos veces con la misma piedra ... o, y esta es la mejor, ¡total, si no va a valer de nada!...


Podemos usar cualquier excusa para permanecer quietos y callados, mientras nos expolian la casa, mientras entran por la ventana, nos atan con cuerdas hechas de falsos iconos deportivos o nos adormecen con efluvios de victorias que no nos pertenecen.


Nos inmovilizan con un miedo que no existe, nos amenazan con expresiones cargadas de violencia verbal, mientras aprovechan a abrir todos los cajones de tu cómoda, esparcir por el suelo toda tu vida, pisotearla y llevarse lo más preciado que tienes.


Día a día ocurre esto, y seguimos inmóviles, presas de un terror ficticio, presas de un miedo al servicio del poder. Nos mangonean, nos pisotean, nos insultan, nos humillan, y continuamos paralizados, impasibles, no emitimos respuesta alguna, ni siquiera movemos un pelo por miedo a que nos golpeen de nuevo.


¿Hasta cuando vas a aguantar?, ¿que más tiene que ocurrir para que te zafes de la prisión del terror y des el paso necesario para evitar tu ruina?, ¿vas a permitir que violen tu dignidad?, ¿vas a permitir que te quiten la felicidad?, ¿vas a permitir que dañen a los tuyos?, ¿vas a permitir que a tus hijos les quiten oportunidades?, ¿vas a permitir que desmonten lo que durante tantos años te ha costado construir?...


Ánimo, levántate, da un primer paso, sacúdete el miedo, líbrate de él y dale esquinazo, eleva tu voz, haz que se oiga, protege lo que por derecho te pertenece.


Ánimo, si no te mueves sólo puedes perder, pero si te levantas por tu futuro y por el de tus hijos o tus nietos, es posible que no pase nada, pero nunca te podrán reprochar que no lo has intentado.


Ánimo, te espero en la calle, necesitamos tu voz. Ánimo, muévete con nosotros. Te esperamos.


Podemos y debemos parar un expolio ilegítimo y injusto.